Problemática 2:
“Deficiente comprensión lectora sumada al poco interés
por la misma.”
Situación:
Como se menciona en título, la problemática está referida a la deficiente comprensión e interés por la
lectura lo se puede observan en todas las clases; Sin embargo y como
es predecible, en mayor proporción en
Lenguaje y comunicación, por ende, la siguiente situación estará referida específicamente
a esa asignatura:
Dentro
de las clases de Lenguaje los alumnos desarrollan
la comprensión lectora mediante diversas actividades, siendo ejemplos de estas las siguientes: responder guías de aprendizaje, trabajar lecturas del
texto escolar del Ministerio de Educación, crear dípticos como estrategia
evaluativa del plan lector, etc.
En
general, las actividades mencionadas no se repiten consecutivamente clase a
clase; Sin embargo, los textos que se trabajan son tradicionales y no llaman la
atención de los estudiantes quienes haciendo un esfuerzo por terminar lo más rápido
posible, logran leer lo solicitado; No obstante y en consecuencia a esta acción,
las actividades de comprensión lectora no se realizan de forma correcta, pues
se equivocan en las respuestas lo que se suma al aburrimiento que les
proporciona la lectura, mas no responder correctamente las actividades, se frustran
y enfocan su atención en jugar con sus compañeros de puesto. Sumándose a lo anterior, el compromiso de los padres y/o apoderados es algo que carece, lo que se logró evidenciar gracias a que los estudiantes relataban que no terminaban sus de leer ciertos libros porque sus padres no los ayudaban en el proceso cuando pressentaban dificultades.
Actores y ciertas medidas que pudiesen
considerar:
Profesora de Lenguaje: La encargada de llevar a cabo esta
asignatura es la profesora jefe, quien si bien no ejecuta la misma actividad
todas las clases, los textos siempre son tradicionales y bajo una misma línea,por ende, no generan interés en los educandos. Como acciones a
considerar para mejorar esta situación, la docente debiese probar actividades con
distintas clases de textos para trabajar la comprensión lectora, así como también,
podría realizar una encuesta a los estudiantes consultándoles que temas les gustaría
leer.
Considerando los cambios propuestos en el párrafo
anterior, la profesora podría implementar un contrato de aprendizaje y de esta
forma, tanto docente como estudiantes, lograrían los resultados que esperan.
Estudiantes: En
el caso de los alumnos es comprensible que los textos tradicionales no llamen
su atención, lo que desemboca en mala comprensión y poco interés por los mismos;
No obstante, con los cambios propuestos
los estudiantes debieran sentirse más participes de su aprendizaje, puesto que sus gustos serían
considerados, por lo tanto, la comprensión como el interés por los textos debiese
aumentar, viéndose reflejado en la formulación de sus respuestas y en los
resultados de las evaluaciones.
Padres y/o apoderados: El refuerzo del hogar con respecto a la lectura no se
produce en varios casos, por ende, estos actores debieran establecer un
compromiso con la educación de sus hijos y apoyarlos con más esmero en el
proceso lector, ya sea, estando presentes cuando sus pupilos tengan dudas e idealmente
leyendo con ellos de forma constante.
Fundamentación Teórica:
Condemarín
(1998, p. 14):
“Para los buenos lectores, el tiempo
dedicado a la leer constituye uno de los momentos más placenteros del día (….).
Por otra parte, los malos lectores rechazan la lectura porque la asocian a la
excesivas presiones por parte de padres y maestros”.
“La
lectura practicada por el propio escolar –enfrascada en su libro favorito-
también debe tener cabida en la organización escolar”. Fahrmann (1985, p.
10).
“Así, parece más adecuado utilizar
textos no conocidos, aunque su temática o contenido deberían resultar en mayor
o menor grado familiares al lector”. Solé
(2000, p. 79).
Solé (2000, p. 35):
“El control de la comprensión es un
requisito esencial para leer eficazmente, puesto que si no nos alertáramos
cuando no entendemos el mensaje de un texto, simplemente no podríamos hacer
nada para compensar esta falta de comprensión, con lo cual la lectura sería
realmente improductiva.”
Sarto (1989, p.
19):
“La educación lectora se ha intentado,
muchas veces, a través de lecciones sumamente áridas. El profesor ha sido demasiado unilateral con el
libro. Ha buscado la mejor literatura y, sin casi pensarlo, ha querido introducir
al niño en ella sin analizar si quiera si el libro respondía a sus intereses.”
Conclusión:Como es sabido, Chile posee un alto índice de personas que no entiende lo que lee, por lo tanto, cabe hacernos la siguiente pregunta: ¿Si no existe motivación hacia la lectura podrá existir comprensión de la misma?, es considerable que la respuesta de mayor alcance será que sin motivación no se comprenderá todo lo que se lee, volviéndose un proceso totalmente dificultoso y frustrante o incluso imposible
En
el caso específico de la problemática descrita, la profesora implementa distintas estrategias
para evaluar el progreso de la lectura; No obstante, es pertinente mencionar
que lo que se debe mejorar radica en algo más profundo, puesto que como ya se mencionó,
los textos presentados por la docente no son de interés para los estudiantes, debido
que equivalen a lecturas completamente tradicionales que no abarcan sus
intereses y gustos. A lo anterior se suma el poco apoyo de la familia, quienes
son pieza fundamental desde el nacimiento hasta la adolescencia en cuanto a motivación
por la lectura, puesto que son ellos el primero ejemplo para el estudiante de
la importancia y el placer que trae consigo leer.
Finalmente
es importante destacar que si bien los planes y programas entregan recomendaciones
de lectura los docentes, como profesionales de la educación, están capacitados para
cambiar estos textos por los que consideren más pertinentes para sus alumnos, ya
que son cada uno de ellos quienes conocen a sus estudiantes, debiendo estar
informados de sus gustos e interés y algo no menor, del contexto en que estos
se desarrollan; Si esta práctica se realiza, los textos escogidos tendrán significancia
para los educandos, lo cual, es un punto trascendental para el buen proceso
lector.
Referencias Bibliográficas:
Condemarín, G. (1998). Jugar y leer. Buenos Aires. Argentina:
Editorial del Nuevo Extremo S.A.
Fahrmann, W., Gómez del
Manzano, M. (1985).El niño y los libros.
Como despertar una afición. Madrid: Ediciones S. M.
Sarto,
M. (1989). La animación a la lectura.
Para hacer al niño lector. Madrid: Ediciones S. M.
Solé,
I. (2000). Estrategias de lectura. Barcelona:Editorial
GRAÓ, de IRIF, SL.